La seguridad alimentaria de la humanidad pende directamente de la disponibilidad de agua. Una dependencia tan grande como delicada dado el contexto climático y la necesidad imperiosa de generar nuevos recursos hídricos frente al crecimiento demográfico mundial.

Blai Cots agricultor de la provincia de Lleida, muestra la compuerta de canalización de agua para riego a manta totalmente seca por las restricciones.
Explotación agraria en el Canal de Urgel, abastecido por el río Segre. La sequía de 2023 supuso el primer corte de agua en el canal para racionalizar el uso del agua.
El sector agroalimentario aporta aproximadamente el 9% al PIB nacional, generando en torno a un millón de puestos de trabajo.

Parecemos condenados, en los tiempos que corren, a posicionarnos bajo trincheras ideológicas cuando hablamos de asuntos rurales y agrarios. Todo es política en tiempos de campaña, y la astuta mercadotécnia propagandística trata de poner su pin y su bandera sobre todo aquello que nos es sensible… ¡Qué no hagan lo mismo con el campo!

Es cierto que la agricultura mueve dinero, puestos de trabajo, exportaciones y supone un importante 10% del PIB nacional, pero también lo es que consume el 70% de las reservas de agua dulce. Es un sector sensible que requiere tacto y delicadeza a la hora de regular, porque sus consecuencias medioambientales, sociales y económicas son indiscutibles.

Instalación de una balsa para regadío en Murcia.
Industria hortofrutícola en Cuevas de Almanzora, Almería.
Inmigrantes trabajando en una plantación de patata en el Campo de Cartagena, Murcia.

En un país con tres cuartas partes de superficie en riesgo alto de desertificación, la envergadura del problema adquiere tintes dramáticos. No es tiempo para verborrea ni soflamas políticas, la solución está en la ciencia, en los datos, las estadísticas y las alternativas que nos permitan ahorrar, disponer y gestionar mejor el agua.

Según la FAO, en 2050 la producción agrícola tendrá que producir un 50% más para abastecer a la humanidad. Un reto nada peregrino cuyo éxito depende de optimizar los márgenes de mejora y buscar soluciones. Actualmente el 80% de las tierras cultivadas bajo agricultura de secano producen el 60% de los alimentos mundiales, mientras que el regadío produce el 40% restante ocupando el 20%. La productividad del regadío es seis veces mayor, pero evidentemente requiere del combustible más preciado y vital, agua.

El 80% de las tierras cultivadas bajo agricultura de secano producen el 60% de los alimentos mundiales, mientras que el regadío produce el 40% restante ocupando el 20%.

Embalse de la Llosa del Cavall durante el estado de emergencia por sequía en Cataluña. Marzo 2024.
Estado del pantano de la Baells, que embalsa las aguas del río Llobregat, en febrero de 2024.
Tractor en una explotación agraria de manzanas en la provincia de Lleida, Canal de Urgel.

En un contexto marcado por el cambio climático, sería ingenuo mirar al cielo y cruzar los dedos para regar los campos. De nuevo, la solución pasa por la tecnología y el ingenio que nos permita reutilizar, desalar y hacer útil todo aquel agua que todavía desperdiciamos.

La Península Ibérica continúa siendo la zona europea más afectada por el estrés hídrico, con un índice del 42% y un 36% del país en alerta o en emergencia por escasez de agua. En este contexto, es urgente implementar medidas que nos ayuden a disminuir la huella hídrica teniendo en cuenta que para el año 2050 ciudades como Sevilla, Granada, Córdoba y Murcia enfrentarán los mayores riesgos del continente.

Parque de la Ciudadeles, Barcelona, durante el estado de emergencia por sequía. Marzo 2024
Turistas hacen un descanso sentados en una fuente seca en la Plaza Reial, Barcelona, durante la emergencia por sequía. Marzo 2024
Turistas paseando por la Plaza de la Sagrada Familia, Barcelona, durante el estado de emergencia por sequía. Marzo 2024

Sevilla, Granada, Córdoba y Murcia enfrentarán los mayores riesgos hídricos del continente.

Los Colorados, Desierto de Gorafe, Granada. Andalucía.

Embalses e invernaderos en la comarca del Poniente Almeriense, Andalucía. Una de las zonas agrícolas más productivas del mundo situada en una región eminentemente árida.
El «Mar de Plástico», aunque ha implementado prácticas que maximizan la eficiencia del agua, continúa ejerciendo una fuerte presión sobre los acuíferos subterráneos de la región.
Acueducto del trasvase Tajo-Segura a su paso por Palomares del Campo, Cuenca. Las aguas originales del Tajo, transcurren dirección al levante español, para nutrir las tierras áridas de Valencia, Murcia y Almería.
Sistema de riego por goteo en un cultivo agrario en Albacete.
Embalses agrarios con placas fotovoltaicas para reducir la evaporación y producir energía. Almería.
Un jornalero trabajando en unos cultivos de hortalizas en el campo de Lorca, Murcia.

Aguas no convencionales

El futuro de la agricultura pasa por usar aguas regeneradas y desaladas

Ante el creciente estrés hídrico y el impacto del cambio climático, España busca garantizar la sostenibilidad agrícola mediante el uso de aguas regeneradas y desaladas. Actualmente, solo el 10% del agua reutilizada se destina a la agricultura, pese a que el sector consume el 70% de los recursos hídricos del país. Regiones como Almería y Murcia, duramente afectadas, ya dependen de estas fuentes alternativas. Expertos y autoridades advierten que sin una rápida inversión en estas tecnologías, el futuro agrícola de España podría estar en grave riesgo.

Unos operarios limpian un filtro de arena en la desalinizadora de la Tordera, Girona. Febrero 2024
Planta desaladora Águilas-Guadalentín, en el sur de Murcia. Produce agua desalada para la agricultura en las provinciasa de Alicante, Murcia y Almería
Filtros de arena de la planta desaladora Águilas-Guadalentín, Murcia.
Planta desaladora de la Comunidad de Regantes de Cuevas de Almanzora, Almería.
Planta Desaladora de Carboneras, en Almería.
Operario cambiando filtros en la planta desaladora de Carboneras.
Operarios de jardinería utilizando aguas regeneradas para el riego de los espacios verdes en Barcelona.
Baldeo de calles en Barcelona con aguas regeneradas.
EDAR de Blanes, Girona. Febrero 2024
Planta desaladora Águilas-Guadalentín, en el sur de Murcia.